martes, 27 de marzo de 2012

TE DESEO



Te deseo primero que ames,

y que amando, también seas amado.

Y que, de no ser así, seas breve en olvidar

y que después de olvidar, no guardes rencores.

Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,

sepas ser sin desesperar.


Te deseo también que tengas amigos,

y que, incluso malos e inconsecuentes

sean valientes y fieles, y que por lo menos

haya uno en quien confiar sin dudar.


Y porque la vida es así,

te deseo también que tengas enemigos.

Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,

para que, algunas veces, te cuestiones

tus propias certezas.

Y que entre ellos,

haya por lo menos uno que sea justo,

para que no te sientas demasiado seguro.



Te deseo además que seas útil,

más no insustituible.

Y que en los momentos malos,

cuando no quede más nada,

esa utilidad sea suficiente

para mantenerte en pie.


Igualmente, te deseo que seas tolerante,

no con los que se equivocan poco,

porque eso es fácil, sino con los que

se equivocan mucho e irremediablemente,

y que haciendo buen uso de esa tolerancia,

sirvas de ejemplo a otros.


Te deseo que siendo joven no

madures demasiado de prisa,

y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,

y que siendo viejo no te dediques al desespero.

Porque cada edad tiene su placer

y su dolor y es necesario dejar

que fluyan entre nosotros.


Te deseo de paso que seas triste.

No todo el año, sino apenas un día.

Pero que en ese día descubras

que la risa diaria es buena, que la risa

habitual es sosa y la risa constante es malsana.


Te deseo que descubras,

con urgencia máxima, por encima

y a pesar de todo, que existen,

y que te rodean, seres oprimidos,

tratados con injusticia y personas infelices.



Te deseo que acaricies un perro,

alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero

erguir triunfante su canto matinal,

porque de esta manera,

sentirás bien por nada.


Deseo también que plantes una semilla,

por más minúscula que sea, y la

acompañes en su crecimiento,

para que descubras de cuantas vidas

está hecho un árbol.


Te deseo, además, que tengas dinero,

porque es necesario ser práctico,

Y que por lo menos una vez

por año pongas algo de ese dinero

frente a ti y digas: “Esto es mío”.

sólo para que quede claro

quién es el dueño de quién.


Te deseo también que ninguno

de tus defectos muera, pero que si

muere alguno, puedas llorar

sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.


Te deseo por fin que, siendo hombre,

tengas una buena mujer, y que siendo

mujer, tengas un buen hombre,

mañana y al día siguiente, y que cuando

estén exhaustos y sonrientes,

hablen sobre amor para recomenzar.


Si todas estas cosas llegaran a pasar,

no tengo más nada que desearte.


Victor Hugo



martes, 20 de marzo de 2012

VIOLÍN CON CUERDAS DE TELA DE ARAÑA

El mérito es para Shigeyoshi Osaki, un científico investigador de la Universidad Médica de Nara (Japón): ha conseguido elaborar un violín cuyas cuerdas están realizadas con tela de araña. El invento será publicado en la revista Physical Review Letters.

Según declara Osaki para BBC, el sonido de sus cuerdas es "suave y profundo". Es más, el material obtenido del material fabricado por las arañas, es unas tres veces más resistente que las actualesfibras sintéticas y cinco veces más que el propio acero ¿Impresionante? Pues aún hay más, las cuerdas son capaces de estirar más de un 130% de su longitud inicial sin que esta se rompa.

Para medir la resistencia de las cuerdas, Osaki usó para su experimento más de 300 arañas hembra de la especie Nephila maculata, conocidas por la complejidad de elaboración de sus telas y denominadas arañas de seda de oro por el color de la seda que fabrican y debido a que los hilos de su telaraña brillan como el oro a la luz del sol.

Osaki empleó, para elaborar cada cuerda de violín, entre 3.000 y 5.000 hilos de seda retorcidos en una sola dirección. Tras su elaboración vino el momento clave ¿resistiría? El investigador japonés probó, revisó y midió la resistencia de las cuerdas a la tracción, una de las claves buscada por todo violinista para evitar una incómoda rotura en plena actuación. Si bien la cuerda resistía menos tensión antes de romperse que las cuerdas habituales, su aguante era superior que las de nailon cubiertas de aluminio. Al pasar las cuerdas tejidas por la Nephila maculata bajo un microscopio, Osaki pudo observar que las cuerdas previamente retorcidas, totalmente redondas, se habían unido de forma tal que no dejaba huecos ni espacios libres entre sus hebras, de ahí su sonido diferente y su resistencia.

Shigeyoshi Osaki ha perfeccionado la técnica para poder obtener grandes cantidades de esta seda de Nephila maculata criadas en cautividad y no solo eso: conoce a la perfección las características de esta tela para poder trabajar con ella. Considera que, de mezclarse con otros materiales como pueda ser el aluminio o el titanio, podrían crearse nuevos materiales altamente resistentes o incluso tejidos artificiales para la elaboración de tendones o huesos.

La Nephila es un género de arañas de la familia Nephilidae. Los hilos de rosca de su telaraña brillan como el oro a la luz del sol. El macho es cerca de 1/5 del tamaño de la araña femenina.
Las arañas de seda de oro exhiben comportamiento muy interesante. Con frecuencia, la hembra reconstruye la mitad de su tela cada mañana. Teje los elementos radiales, después se tejen los elementos circulares.Cuando ha terminado de tejer, vuelve y completa los boquetes.

A pesar de su tamaño, estas arañas no son peligrosas para el ser humano, salvo para personas con alergia.
La especie Nephila maculata se encuentra en la mayoría de los países del mundo, posee la telaraña conocida más resistente, tanto que en Indonesia se utiliza en la elaboración de prendas de vestir.
Además contiene propiedades coagulantes que ayudan a la curación de heridas.


Fuentes: Revista Quo, marzo 2012 y wikipedia

jueves, 1 de marzo de 2012

EL LLANTO DEL DESIERTO

Ha comenzado un nuevo mes y yo me voy unos días de viaje.
Os dejo este bonito cuento para que os sirva de luz en vuestras reflexiones diarias.


En cuanto llegó a Marrakech, el misionero decidió que todas las mañanas daría un paseo por el desierto que comenzaba tras los límites de la ciudad.

En su primera caminata, vió a un hombre estirado sobre la arena, con la mano acariciando el suelo y el oído pegado a tierra.

"Es un loco", pensó.

Pero la escena se repitió todos los días, por lo que, pasado un mes, intrigado por aquella conducta extraña, resolvió dirigirse a él. Con mucha dificultad - ya que aún no hablaba árabe con fluidez-se arrodilló a su lado y le preguntó:

- ¿Qué es lo que usted está haciendo?.

- Hago compañía al desierto, y lo consuelo por su soledad y sus lágrimas.

- No sabía que el desierto fuese capaz de llorar.

- Llora todos los días, porque sueña con volverse útil para el hombre y transformarse en un inmenso jardín, donde se puedan cultivar las flores y toda clase de plantas y cereales.

-Pues dígale al desierto que él cumple bien su misión -comentó el misionero. - Cada vez que camino por aquí, comprendo mejor la verdadera dimensión del ser humano, pues su espacio abierto me permite ver lo pequeños que somos ante Dios.

Cuando contemplo sus arenas, imagino a las millones de personas en el mundo que fueron criadas iguales, aunque no siempre el mundo sea justo con todas. Sus montañas me ayudan a meditar. Al ver el Sol naciendo en el horizonte, mi alma se llena de alegría, y me aproxima al Creador.

El misionero dejó al hombre y volvió a sus quehaceres diarios. Cual no fue su sorpresa al encontrarlo a la mañana siguiente en el mismo lugar y en la misma posición.


-¿Ya transmitió al desierto todo lo que le dije?- preguntó.

El hombre asintió con un movimiento de cabeza.

- ¿Y aún así continúa llorando?

-Puedo escuchar cada uno de sus sollozos. Ahora él llora porque pasó miles de años pensando que era completamente inútil, desperdició todo ese tiempo blasfemando contra Dios y su destino.

-Pues explíquele que, a pesar de que el ser humano tiene una vida mucho más corta, también pasa muchos de sus días pensando que es inútil. Rara vez descubre la razón de su destino, y casi siempre considera que Dios ha sido injusto con él. Cuando llega el momento en que, finalmente, algún acontecimiento le demuestra por qué y para qué ha nacido, considera que es demasiado tarde para cambiar de vida, y continúa sufriendo. Y, al igual que el desierto, se culpa por el tiempo que perdió.

-No sé si el desierto me escuchará -dijo el hombre- El ya está acostumbrado al dolor, y no consigue ver las cosas de otra manera.

-Entonces vamos a hacer lo que yo siempre hago cuando siento que las personas han perdido la esperanza. Vamos a rezar.

Ambos se arrodillaron y rezaron; uno se giró en dirección a la Meca porque era musulmán, el otro juntó las manos en plegaria porque era católico. Cada uno rezó a su Dios, que siempre fue el mismo Dios, aunque las personas insistieran en llamarlo con nombres diferentes.

Al día siguiente, cuando el misionero retornó su caminata matinal, el hombre ya no estaba allí. En el lugar donde acostumbraba a abrazar la arena, el suelo parecía mojado, ya que había nacido una pequeña fuente. En los meses subsiguientes, esta fuente creció y los habitantes de la ciudad construyeron un pozo en torno a ella.

Los beduinos llaman al lugar "Pozo de las Lágrimas del Desierto". Dicen que todo aquel que beba su agua conseguirá tranformar el motivo de su sufrimiento en la razón de su alegría , y terminará encontrando su verdadero destino.

PAULO COELHO