A MI PADRE

Son ya 40 años. Tu alargada imagen se hace cada día más nebulosa, más alejada de la cotidianeidad, de las vivencias familiares. Pero sigues ahí en el recuerdo y en el cariño de todos nosotros.

Guardamos esos recuerdos dulces, alegres, esas pequeñas historias, unas vividas y otras inventadas que cada noche en la cena, tú nos contabas. Esas anécdotas de tus batallitas, relatadas con un gran entusiasmo.

Hoy sentimos tu presencia de manera especial. Añoramos lo que habríamos podido vivir en tu compañía, la manera con la que tú habrías afrontado los nuevos tiempos, esos que no conociste, pero con los que habrías disfrutado.

Desde el amor que te profesamos, nuestro recuerdo es permanente, te sentimos, nos acompañas en las reuniones familiares, en los acontecimientos gozosos y en los tristes.

Por todo ello y en nombre de todos los que te queremos te mando un gran abrazo y un montón de besos.

Poema dedicado al padre que perdí hace 40 años.

A mi padre:

Caminabas contento
entre amapolas y espigas
y te fuiste en silencio
cuando anochecía.

Volaste hasta el cielo,
atravesando las nubes,
y allí te quedaste
con Dios y María

En sueños te busco,
te espero y te llamo
pero no me respondes.

Te sigo, te agarro,
te abrazo, te miro
y tú desapareces.

Me despierto y no te veo,
pero sigues estando
presente en mi corazón.

Queda grabada en mi mente
tu inmensa sonrisa
y la dulce mirada
de tus ojos azules.