Hoy traigo a este blog una gran mujer, que pasó su vida al servicio de los enfermos y necesitados y a la que la guerra no supo cuidar.
Edith Cavell fue una enfermera británica condenada a muerte en juicio sumarísimo por un tribunal militar alemán durante la primera guerra mundial, por haber alojado en su hospital de Bruselas a más de 200 soldados belgas, franceses e ingleses, prisioneros evadidos, haberles ayudado a huir de Bélgica y llegar a Holanda.
Nació el 4 de diciembre de 1865 en Swandeston, condado inglés de Norfolk. Esta enfermera inglesa fue formada en el London Hospital; en 1907 se convirtió en la directora del Instituto Berkendael de Bruselas, con el cometido de elevar el nivel de preparación de la enfermería equiparándolo al británico.
En agosto de 1914, Cavell estaba pasando unas cortas vacaciones con su madre en Norwich cuando se enteró de la noticia de que Alemania había invadido Bélgica. "Yo soy más necesaria que nunca", dijo e inmediatamente se volvió al continente. Su madre nunca la volví a ver.
Los alemanes ordenaron que todos "los heridos peligrosos o sospechosos" fueran sacados del hospital donde Cavell trabajaba. Ella se opuso y ayudó a varios de ellos a escapar, sin embargo un espía alemán la delata, siendo sorprendida en esta labor. Es llevada a la prisión militar de Saint-Gilles. La noticia asombra y enfurece a los paíes aliados, así como a varios neutrales como Estados Unidos o España, que solicitan le sea respetada la vida.
Los alemanes no escuchan y realizan un juicio sumarísimo, condenándola a ser fusilada el día 14 de octubre de 1915 a las 2 de la madrugada, provocando horror e indignación a nivel mundial. Según dijo un oficial del Estado Mayor Alemán posteriormente "ha sido uno de nuestros más grandes errores".
Finalizada la guerra se realizaron sus funerales en la Abadía de Westminster, en medio de una honda emoción.
Se erigieron monumentos en su honor en París, Londres y Bruselas. Está enterrada bajo la muralla este de la catedral de Norwich.
Fuentes: Enfermería Avanza, Wikipedia.
Gracias por darnos a conocer a esta gran muer. Saludos
ResponderEliminarQue espanto la de la guerra. Fusilada por salvar vidas. Una barbarie sin límites, como tantas que no salta a la palestra.
ResponderEliminarAdemás era una mujer muy bella.
Bss y gracias por compartir esta historia. No la conocía.
Un gran error, dijeron, pero a toro pasado. Como todo en todas las guerras...
ResponderEliminarMe alegra conocer las historia de esta gran mujer.Gracias
Saludos
Ejemplo edificante el de esta mujer. Los profesionales de la salud, en general, sois de una pasta especial, y este es un buen ejemplo de generosidad y entrega más allá de lo que su profesión requería. Gracias por compartirlo con nosotros. Un abrazo
ResponderEliminarEntro pidiendo perdón por el retraso. ¡Cuántas injusticias se han cometido en nombre del desorden (orden) establecido! Para un trabajador de la salud no hay buenos o malos, sino criaturas con necesidad de ser atendidas. Saludos.
ResponderEliminarBelle figure de femme héroïque. C'est bien d'en parler sur votre blog. Il ne faut pas l'oublier. C'est un exemple pour toutes les générations de femmes à venir.
ResponderEliminarBesos.
Qué labor humanitaria tan importante, la realizada por estas mujeres. Antes y ahora.
ResponderEliminarGracias desde aquí a su trabajo.
Besos para tí
Esme
Felipe, Katy, Trini, Jesús, Francisco, Léo y Esme: Muchas gracias por vuestros comentarios tan generosos.
ResponderEliminarQue sepamos mirar hacia adelante e intentar servir a los demás con nuestra entrega y cariño como tantos y tantos modelos como tenemos.
Besos grandes
gracias por compartir esta maravillosa y humanistica hietoria com nosotros
ResponderEliminarestudio emfermeria y al conocer esta historia me siento mas oegullosa de serlo por que es una carrera cientificamente humanistica gracias por compartirlo .
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