He terminado de leer el libro: "EL IMPERIO ERES TÚ", premio planeta 2011, de Javier Moro.
Aunque novelada, es una historia apasionante. Narra la vida del constructor de la independencia de Brasil con todos sus aciertos y sus errores: Pedro de Braganza y Borbón.
En distintas entrevistas al autor, éste pone de manifiesto la personalidad y la fuerza de este personaje, emparentado con la realeza española: era hijo de Juan II de Portugal y de la infanta Carlota Joaquina de Borbón, hija de Carlos IV de España y, por tanto, hermana de Fernando VII.
Según Javier Moro:
Pedro I no era un Borbón típico...
Ha sido un rey vilipendiado y ensalzado según las épocas. A veces lo hemos visto como un jefe militar victorioso, el hombre que proclamó la independencia de Brasil, y otras como un pendenciero, borracho y vividor. Es alguien que no fue educado para reinar, que aprendió antes a herrar caballos que a leer.
A quien las doncellas de la corte descubrían desnudo bañándose y entonces él les mostraba ufano sus partes.
Por primera y única vez en la historia, la monarquía de un imperio: Portugal, se trasladó de la metrópoli a las colonias, fue la única decisión que tomó en su vida el rey Juan VI, el padre de Pedro, y eso los salvó.
El traslado de la corte de Lisboa a Río fue increíble: emigró el 10% de la población de Portugal, se llevaron 60.000 libros de la biblioteca nacional, edificio que reconstruyeron, piedra a piedra, en Brasil.
Fue una corte exótica y estrafalaria, con enorme influencia asiática: los transportaban en calesas tiradas por personas.
Pedro I era un caos, era todo y lo contrario a la vez, estupendo y horroroso, una contradicción andante. Pero al final fue íntegro y puso en riesgo su vida para luchar por lo que creía: una Constitución liberal y recuperar los derechos dinásticos usurpados por su hermano Miguel. Consiguió el trono de Portugal para su hija María. No le apetecía entrar en guerra contra su hermano, pero lo hizo, con un ejército diez veces inferior en número... y ganó, para morir cuatro meses después, agotado por el esfuerzo.
Se había ya desinteresado del poder y rechazó los tronos de España y Grecia.
Fue un liberal entre absolutistas aunque, también un pendón.
Sus historias con su amante, la noble Domitila de Castro, siguen alimentando el imaginario erótico brasileño. En una biblioteca de Río se conserva aún un sobre con vello púbico del emperador, que se arrancó para enviárselo a su amada Domitila, a la que observaba con un catalejo desde el edificio de enfrente.
Tuvo unos 120 hijos, aunque sólo reconoció a una decena. Teniendo en cuenta que sólo vivió 37 años, el promedio de niños por año es apabullante... En un momento dado estuvo con su mujer, su amante oficial y se lió con la hermana de la amante. Y las tres tuvieron un hijo suyo en el mismo mes. ¡Las tenía a todas embarazadas! Por toda esta actitud, acabó tratando tan mal a su mujer que ella era adorada por el pueblo y a él empezaron a verle con malos ojos.
Fue un gobernante que no pudo luchar contra su apetito sexual, y casi le lleva al desastre total.
El mayor logro de este emperador: Promulgó las constituciones liberales de la época, ganó una guerra civil en Portugal del lado de la libertad, consiguió a sus 23 años la independencia de Brasil, el mayor país de Sudamérica, fue un soldado buenísimo y jefe carismático... pero un terrible marido, porque era incapaz de ser fiel, eso no entraba en su esquema mental.
Era, en resumen, un medio quijote, medio Don Juan.
Y, pese a todo, su esposa Leopoldina, se mantuvo a su lado siempre porque era una gran señora, todo lo contrario de él: hija del emperador Francisco II de Austria, fue educada, culta, muy recta; enamorada siempre de él aunque sabía de la existencia de la amante oficial Domitila de Castro.
Leopoldina era la cabeza pensante de la independencia brasileña; él sólo el brazo ejecutor.
"A las dos de la tarde del 22 de septiembre de 1834, mientras el sol iluminaba los campos dorados de los alrededores de Queluz, Pedro de Braganza y Borbón exaló su último suspiro en la misma cama que le había visto nacer".
Su hijo, Pedro II le sucedió en el trono de Brasil. ... es el emperador bueno al que todos adoran: monógamo, políglota, culto, reinó cincuenta años, construyó un imperio.
Fuentes: Entrevistas al autor en : La Vanguardia y ADN.
Aunque novelada, es una historia apasionante. Narra la vida del constructor de la independencia de Brasil con todos sus aciertos y sus errores: Pedro de Braganza y Borbón.
En distintas entrevistas al autor, éste pone de manifiesto la personalidad y la fuerza de este personaje, emparentado con la realeza española: era hijo de Juan II de Portugal y de la infanta Carlota Joaquina de Borbón, hija de Carlos IV de España y, por tanto, hermana de Fernando VII.
Según Javier Moro:
Pedro I no era un Borbón típico...
Ha sido un rey vilipendiado y ensalzado según las épocas. A veces lo hemos visto como un jefe militar victorioso, el hombre que proclamó la independencia de Brasil, y otras como un pendenciero, borracho y vividor. Es alguien que no fue educado para reinar, que aprendió antes a herrar caballos que a leer.
A quien las doncellas de la corte descubrían desnudo bañándose y entonces él les mostraba ufano sus partes.
Por primera y única vez en la historia, la monarquía de un imperio: Portugal, se trasladó de la metrópoli a las colonias, fue la única decisión que tomó en su vida el rey Juan VI, el padre de Pedro, y eso los salvó.
El traslado de la corte de Lisboa a Río fue increíble: emigró el 10% de la población de Portugal, se llevaron 60.000 libros de la biblioteca nacional, edificio que reconstruyeron, piedra a piedra, en Brasil.
Fue una corte exótica y estrafalaria, con enorme influencia asiática: los transportaban en calesas tiradas por personas.
Pedro I era un caos, era todo y lo contrario a la vez, estupendo y horroroso, una contradicción andante. Pero al final fue íntegro y puso en riesgo su vida para luchar por lo que creía: una Constitución liberal y recuperar los derechos dinásticos usurpados por su hermano Miguel. Consiguió el trono de Portugal para su hija María. No le apetecía entrar en guerra contra su hermano, pero lo hizo, con un ejército diez veces inferior en número... y ganó, para morir cuatro meses después, agotado por el esfuerzo.
Se había ya desinteresado del poder y rechazó los tronos de España y Grecia.
Fue un liberal entre absolutistas aunque, también un pendón.
Sus historias con su amante, la noble Domitila de Castro, siguen alimentando el imaginario erótico brasileño. En una biblioteca de Río se conserva aún un sobre con vello púbico del emperador, que se arrancó para enviárselo a su amada Domitila, a la que observaba con un catalejo desde el edificio de enfrente.
Tuvo unos 120 hijos, aunque sólo reconoció a una decena. Teniendo en cuenta que sólo vivió 37 años, el promedio de niños por año es apabullante... En un momento dado estuvo con su mujer, su amante oficial y se lió con la hermana de la amante. Y las tres tuvieron un hijo suyo en el mismo mes. ¡Las tenía a todas embarazadas! Por toda esta actitud, acabó tratando tan mal a su mujer que ella era adorada por el pueblo y a él empezaron a verle con malos ojos.
Fue un gobernante que no pudo luchar contra su apetito sexual, y casi le lleva al desastre total.
El mayor logro de este emperador: Promulgó las constituciones liberales de la época, ganó una guerra civil en Portugal del lado de la libertad, consiguió a sus 23 años la independencia de Brasil, el mayor país de Sudamérica, fue un soldado buenísimo y jefe carismático... pero un terrible marido, porque era incapaz de ser fiel, eso no entraba en su esquema mental.
Era, en resumen, un medio quijote, medio Don Juan.
Y, pese a todo, su esposa Leopoldina, se mantuvo a su lado siempre porque era una gran señora, todo lo contrario de él: hija del emperador Francisco II de Austria, fue educada, culta, muy recta; enamorada siempre de él aunque sabía de la existencia de la amante oficial Domitila de Castro.
Leopoldina era la cabeza pensante de la independencia brasileña; él sólo el brazo ejecutor.
"A las dos de la tarde del 22 de septiembre de 1834, mientras el sol iluminaba los campos dorados de los alrededores de Queluz, Pedro de Braganza y Borbón exaló su último suspiro en la misma cama que le había visto nacer".
Su hijo, Pedro II le sucedió en el trono de Brasil. ... es el emperador bueno al que todos adoran: monógamo, políglota, culto, reinó cincuenta años, construyó un imperio.
Fuentes: Entrevistas al autor en : La Vanguardia y ADN.
No está mal el record. Hoy estaría en el Guiness. 120 hijos...
ResponderEliminarParece interesante. Pero los libros de historia no te creas que me atraen Tienen que ser muy amenos. Estás hecha una lectora empedernida.
Gracias por compartir.
Bss Candi y buen domingo
Tus consejos de lectura son siempre de garantía. Gracias, Candi.
ResponderEliminarMadame, no lo he leido aún, y en verdad no lo tenía en mi lista, pero después de leer su entrada me parece sumamente apetecible.
ResponderEliminarFeliz domingo
Bisous
La vida de este Pedro I parece verdaderamente interesnte. Lo tendré en cuenta
ResponderEliminarUn saludo desde mi mejana
Otra novelita histórica con visos de estar interesante. (Ya sabes lo que tienes que hacer esta semana santa)
ResponderEliminarbesos
Pus habrá que ponerse a su lectura, porque parece muy interesante.
ResponderEliminarBesos
Katy: Cada uno de nosotros tenemos lecturas que nos apasionan más o menos.
EliminarA mi me gusta mucho la novela histórica. Pero aunque no te entusiasme, el libro es muy ameno e imprevisible.
Besos.
Gracias, Francisco.
Creo que merece la pena leerse.
La figura de Leopoldina, su esposa es apasionante y llena de fuerza y amor.
Besos.
Madame: Estoy segura de que le entusiasmará.
EliminarUsted va por la historia, sin tanta floritura como es la novela histórica, pero el libro contiene episodios históricos muy interesantes y veraces.
Bisous.
Felipe: El Emperador es un ser controvertido en todos sus pensamientos y sus actuaciones, pero muy humano.
Pendón lo fue en extremo, pero lo compensaba con el amor por sus hijos.
Besos.
Esme: En la Semana Santa la tienes.
ResponderEliminarSe lee con mucha fluidez y con ansia por ver cómo continua el relato.
Besos grandes.
Trini: No te la pierdas si puedes.
Se aprenden muchas cosas de la historia de las colonias y de la vida de la época.
Besos
Como a ti me gusta mucho la novela histórica, así que la apunto para cuando termine lo que tengo ahora.
ResponderEliminarBesos y besos amiga mía.
Lucía: Pues manos a la obra.
EliminarHay tanto por leer que a mí me falta tiempo.
Besos y besos
No podemos decir que este monarca perdiera el tiempo. Sus 37 años los vivió a tope, quizá por eso se le fundieron los plomos a tan corta edad. Los genios suelen ser capaces de lo valeroso y también de lo más ruin. La novela histórica bien documentada, es muy ilustrativa y nos ayuda a comprender la vida en las épocas que narra. Gracias Cándi un abrazo
ResponderEliminarTienes razón Jesús. Los genios son pura contradicción y éste lo fue.
EliminarBesos