A UNA MAGNOLIA
Acércame los pétalos de fragante magnolia
con que, en horas de sueño,
el Amor poderoso ilumina mi sombra.
En la sien, en la palma, entre ébanos de noche
tus pétalos reposan.
No los turba el ardiente llamado de mi pulso,
ni del santo madero la grave y sorda música.
Hasta que alguna vez los clavo con mis ojos
en una cruz severa,
y una herida sin sangre les descubro.
-Es una saeta oculta
que atraviesa en verano el claroscuro
del agua Pura y quieta en los lagos nocturnos.-
Gime el ser en silencio. Con mi fuego dialoga
tu distante fragancia, tu impasible blancura.
De lejos nos contestan, en el aire nocturno
de jardines y selvas, las cítaras insomnes.
Me acerco a ti; te busco
la herida misteriosa que sólo yo conozco.
Todos mis huesos cantan despiertos, dolorosos,
el canto en que se queman,
sin quemarte, en la sombra.
Tú acércate; amortigua esta sedienta lumbre.
Acércame en el fuego tus frescos, apacibles
pétalos de magnolia.
Tú
acércate, magnolia!
Esther Cáceres
Acércame los pétalos de fragante magnolia
con que, en horas de sueño,
el Amor poderoso ilumina mi sombra.
En la sien, en la palma, entre ébanos de noche
tus pétalos reposan.
No los turba el ardiente llamado de mi pulso,
ni del santo madero la grave y sorda música.
Hasta que alguna vez los clavo con mis ojos
en una cruz severa,
y una herida sin sangre les descubro.
-Es una saeta oculta
que atraviesa en verano el claroscuro
del agua Pura y quieta en los lagos nocturnos.-
Gime el ser en silencio. Con mi fuego dialoga
tu distante fragancia, tu impasible blancura.
De lejos nos contestan, en el aire nocturno
de jardines y selvas, las cítaras insomnes.
Me acerco a ti; te busco
la herida misteriosa que sólo yo conozco.
Todos mis huesos cantan despiertos, dolorosos,
el canto en que se queman,
sin quemarte, en la sombra.
Tú acércate; amortigua esta sedienta lumbre.
Acércame en el fuego tus frescos, apacibles
pétalos de magnolia.
Tú
acércate, magnolia!
Esther Cáceres
Precioso poema de la uruguaya Esther de Cáceres el que nos traes.
ResponderEliminar¿Sabes?. Siempre me gustó su obra Mar en el mar.
Besos.
Mar: Tiene Esther Cáceres una poesía muy bonita.
ResponderEliminarHe elegido esta en concreto porque me apasiona y es sobre una de las flores que más me han llamado siempre la atención, me gusta mucho aunque es muy fugaz.
Besitos
La fragancia lírica de la magnolia perfuma tu entrada. Magnífico poema de Esther Cáceres.
ResponderEliminarUn abrazo,
Luis.
Poema lleno de fragancia, apetito, adorno...Delicada flor para acompañar.
ResponderEliminarBesitos
Olá candi
ResponderEliminarUm belo poema!
Abraço
ay, qué hermoso poema de la uruguaya;
ResponderEliminarqué densidad y armonía respiran sus versos,
envuelve todo el aroma fragante de la magnolia.
maravilloso, Candi.
Magnifica oda a la magnolia.
ResponderEliminarUn beso
noche
Ay! qué preciosidad de poema.
ResponderEliminarTrazó Esther de Cáceres unos versos llenos de delicadeza, como delicada es la magnolia en su fugaz vida.
Bella fragancia la de tu entrada, mi querida amiga.
Besos y besos.
PD: También será de la misma poeta mi proxima entrada:)
"Magnolia, nommer ainsi par par le frère Charles Plumier (1646-1704), en l'honneur de Pierre Magnol (1638-1715), médecin et botaniste français, qui fut directeur du jardin botanique de Montpellier".
ResponderEliminarTrès belle fleur, bien mise en valeur par ce sublime poème.
Besos
Hola Candi, una poesía preciosa, gracias por compartirla.
ResponderEliminarUn placer volver a leerte.
Saludos cordiales
Gracias por tus palabras en mi blog.
Gracias Candi por traernos este canto la efímera Magnolia, de la poetisa uruguaya. Rezuma sensibilidad y delicadeza. Un placer leerla.
ResponderEliminarLuis, Esmeralda, Argos, Filo, Nocheinfinita, Lucía, Eléonore, Mistral, Jesús:
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios.
Un beso grande para cada uno.