En agosto de 2003 llegué con mi hija a la bella ciudad de Koblenz para verla y realizar un viajecito en barco por el Rhin hasta la roca de Loreley.
Ese rincón alemán, donde confluyen el Rhin y el Mosela es el punto de partida ideal de excursiones a los castillos del Rhin central y a los pintorescos lugares vinícolas de la región, unida a la belleza y tipismo de los pueblos junto al río. Observamos en nuestro recorrido de 6 horas, 3 de ida y 3 de vuelta el castillo Stolzenfels, la fortaleza Lahneck, el castillo Marksburg, el castillo en Boppard, Castillos Sterrenberg-Liebenstein hasta la famosa roca Loreley junto a St. Goar.
Dando un paseo,la ciudad muestra románticas callejuelas e históricos lugares, además de las pintorescas calles del casco antiguo con la basílica romana de San Cástor, San Florin y la iglesia de Nuestra Señora del siglo XII. Una viva historia es el Rincón Alemán coronado por el emperador Guillermo I.
La ciudad goza también del arte concentrado en sus históricos museos:
Fue construida en el siglo XVI y se encuentra en la desembocadura del Mosela, en la orilla opuesta a Koblenz.
Este edificio barroco, construido a partir de un castillo sobre el año 1000, fue residencia temporal de los barones electores de Trier. En 1801 fue desmantelado por las tropas francesas y entre 1817 y 1826 fue reconstruido. Fue empleado por el ejército prusiano hasta 1918 para proteger el Valle del Rhin.
Hoy es propiedad de el estado de Renania-Palatinado y alberga el Landesmuseum Koblenz, el albergue juvenil de Koblenz y el Monumento al Ejército. Desde el 2002 forma parte del Patrimonio Internacional de la Unesco del «Valle Superior del Medio Rhin».
Museo del Rhin Central
En uno de los más hermosos conjuntos arquitectónicos del casco antiguo se encuentra desde 1965 este museo, en los antiguos almacenes comerciales.
Presenta una de las colecciones más importantes de pinturas del Rhin Romántico y piezas de sus inicios hasta el siglo XX. Esculturas de los siglos XII al XVI de esta zona. La colección de pinturas del siglo XVIII muestra obras de J.Januarius (1730-1797), de H. Foelix, B. Beckenkamp y G.-B. Manskirsch.
Presenta una de las colecciones más importantes de pinturas del Rhin Romántico y piezas de sus inicios hasta el siglo XX. Esculturas de los siglos XII al XVI de esta zona. La colección de pinturas del siglo XVIII muestra obras de J.Januarius (1730-1797), de H. Foelix, B. Beckenkamp y G.-B. Manskirsch.
Museo Ludwig
Desde 1992 se ubica en una casa señorial alemana, en la Deutsches Eck. En el edificio histórico, cuyo núcleo se remonta al siglo XIII, el museo presenta arte contemporáneo alemán y francés. Se pueden ver obras de P. Picasso, J. Dubuffet, P. Raynaud y J. Monory.
Museo del Rhin
El Museo del Rhin fundado en 1912 es un museo de historia de la civilización y la navegación a los pies de la fortaleza Ehrenbreitstein. En él se muestran temas sobre navegación, ecología, hidrología, economía e historia entre Köln y Maguncia. También la historia de la pesca y la navegación desde la piragua hasta los barcos con motor.
En el recorrido por el Rhin pudimos contemplar los castillos, los viñedos y los pueblos. Una estampa ciertamente bella y llena de encanto.
Altivo, a la vera oeste del Rin se levanta el castillo Stolzenfels, al sur de la ciudad, enfrente de la población de Lahnstein, ante la desembocadura del Lahn.
La fortaleza es originaria del siglo XIII, levantada por los príncipes-arzobispos de Tréveris, y sufrió en sus piedras las distintas turbulencias que asolaron este territorio. Quedó prácticamente arrasado en el siglo XVII en uno de los momentos en los que cayó en manos francesas.
Entregado por la ciudad a Federico Guillermo IV de Prusia, tras la el control prusiano del territorio, se encargó la reconstrucción del mismo a Frierich Schinkel, en un estilo neogoticista, de clara influencia inglesa.
Está situada frente al Castillo de Stolzenfels junto al Rhin. Se encuentra sobre una roca empinada que resalta hacia adelante en la desembocadura del Río Lahn.
Lahneck es conocido por la muerte de Idilia Dubb en junio de 1851. En sus vacaciones por Alemania, la joven de 17 años subió al torreón y las escaleras de madera la aprisionaron. Nadie escuchó sus gritos, porque estaba rodeada por un muro de 3 metros de altura. Fue encontrada muerta años después en 1860 y su diario hallado semanas después entre los muros del torreón.
El castillo Marksburg es el único castillo intacto en el alto valle del Rin central, un castillo feudal de película. La imponente fortificación es del siglo XIV y junto con la torre del homenaje “Bergfried”, varias construcciones, prisiones y bastiones están escalonados en la cima de un cono de roca sobre la pequeña ciudadBraubach, a casi 12 kilómetros de Coblenza.
A orillas del Rhin se encuentra este castillo, también llamado Kurtrierische Burg. Después de la violenta toma de la ciudad en el año 1327 por el príncipe elector Balduin de Tréveris, se suscitaron levantamientos
durante años, en contra de la impuesta dominación arzobispal. En el año 1340, para manifestar su poder, mandó construir el castillo como defensa y fortaleza.
Siguiendo por la orilla derecha del Rhin junto a la población de Kamp-Bornhofen están los famosos castillos hermanos y eternos enemigos conocidos como Burg Sterrenberg y Burg Liebenstein, ambos en estado ruinoso.
Según la leyenda había dos hermanos en estos castillos que siempre estaban discutiendo hasta que decidieron levantar un muro y separarlos. Otra versión es que los dueños eran enemigos y la hija de uno y el hijo del otro se enamoraron, por ello y para que no se encontraran levantaron el muro.
Loreley
“Cuenta una vieja leyenda que había una vez una joven virgen llamada Lore que era hija de un caballero que tenía su castillo en lo alto de una roca llamada Ley…”
Así comienza una bella leyenda sobre la roca de Loreley, una roca encantada que se eleva majestuosa sobre el margen del Rhin, en la parte más espectacular de su recorrido.
Situada entre St. Goars-Hausen y Kaub, actualmente no alberga ningún castillo, pero la leyenda cuenta que la joven Lore se había enamorado de un hombre, mujeriego que no se presentó el día de la boda y ella, desengañada, se suicidó tirándose al Rin desde lo alto de la roca.
A partir de entonces fueron numerosos los barcos que encontraron su desastre en esta parte del río al sentirse atraidos por el bello canto de una joven de largos y preciosos cabellos dorados que peinaba cuidadosamente al sol del atardecer.
Precioso crucero (Yo hice uno pero más cortito, desde St Goar a Boppard) Los viñedos y los castillos que jalonan las orilas una belleza. Lo mejor del crucero la madre y la hija:)
ResponderEliminarHas hecho un estupendo resúmen sobre la zona y bien documentado.
La eterna leyenda de las personas atraídas por el canto de las sirenas invita a la reflexión.
Besos y buen finde
Precioso recorrido de castillos y leyendas en medio de un paisaje maravilloso. Uno de esos viajes inolvidables :)
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Me alegro que no lo publicaras hasta ahora, así no me lo he perdido. ¿Has dicho madre e hija o hermanas? Que Dios te de larga vida para seguir disfrutando otros viajes con ella.
ResponderEliminarVaya viaje más bonito, ilustrativo de tanta belleza. Gracias por mostrar ese precioso periplo crucero. Para soñar.
ResponderEliminarUn beso,
Luis.
Hola mamá:
ResponderEliminarAunque ya hace bastantes años de aquel minicrucero, todavía me acuerdo de la Loreley y de los infinitos castillos a orillas del Rin. Aquel día hacía muchísimo calor y nos quemamos al sol.
Dentro de poco podrás volver a ver el rin y el mosela de nuevo.
Un besote!
Rebeca
Un crucero lleno de historia y leyendas. Como debe ser. No uno de esos que te tumbas panza arriba junto a la piscina con la cerveza en la mano. Aunque de vez en cuando tampoco vienen mal.
ResponderEliminarSaludos.
Katy: Nos gustan a las dos algunos buenos viajes. La zona, como sabes es de un atractivo enorme; era agosto y el sol nos acompañó.
ResponderEliminarBesos.
Madame: Un viaje para no perdérselo, si se puede.
Besos.
Francisco: Qué halagador!!!. Muchas gracias por tu cariño.
Si tienes oportunidad no te lo pierdas, por éste y por otros lugares similares.
Un abrazo.
Luis: Tus viajes son más participativos, pero un crucerito de 6 horas, en un día soleado, por estos paisajes no se olvida nunca.
ResponderEliminarBesos.
Rebeca: Sí que disfrutamos, aunque tú te quemaste porque no esperábamos tanto sol; pero mereció la pena.
Volveremos a ver el Mosela en menos de dos meses. Me hace mucha ilusión.
Te quiere mamá, un beso.
Felipe: Un viajecito, corto pero intenso, con explicaciones de la zona y el paisaje tan maravilloso donde se conjugaban perfectamente los castillos, los pueblos y los viñedos.
Abrazos.
Me encanta tu post y envidio (sanamente) tu viaje. Ahora que he empezado hacer viajecitos, ese sera uno de los pendientes. Muy guapas las dos, en las fotos. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Lembranza: Hay viajes que se quedan en la retina y en al corazón toda la vida.
ResponderEliminarSi se puede hay que viajar, se aprende mucho y se disfruta más.
Besos
Candi, eso debe ser una preciosidad... el Rhin, los castillos, la vegetación maravillosa...
ResponderEliminarQue disfrutéis pronto otra vez
Bss
oh, maravilloso viaje,habréis disfrutado estupendamente con esos paisajes de cuento,
ResponderEliminarmagníficas fotos de ambas!
un abrazo, Candi
Un viaje corto pero espectacular. Debe ser una maravilla poder vivirlo y disfrutarlo.
ResponderEliminarMadre e hija estáis ¡guapisimas!
Besos y besos, querida amiga
Bellas fotografías, bonito viaje.
ResponderEliminarUn abrazo
noche
¡Qué maravilla de viaje y qué maravilla de madre e hija!.
ResponderEliminarHa sido un placer recorrerlo con vosotras.
Besos. Muchos.
Esme: Muy bonito viaje del que disfrutamos mucho.
ResponderEliminarUn beso.
Filo: Gracias por tu cariñosa observación. El viaje estupendo y los paisajes magníficos.
Besos.
Lucía: Nos ves con muy buenos ojos. Maravillosas vistas.
Besos y besos.
Noche: Gracias por tu comentario. Si puedes no te pierdas ese viaje.
ResponderEliminarBesos.
Mar: El recorrido por ese ancho rio impresiona.
Besos
Bellísimo recorrido Candi. Yo lo he hecho y sé lo maravilloso que es. Espero poder repetirlo pronto. Que bueno que puedas disfrutar con tu hija con frecuencia. Besitos para las dos
ResponderEliminarBelkis: Suponía que habías hecho este viaje. Es cierto que no siempre se puede hacer u otros similares; pero pienso que da tiempo a todo: Gozar del paisaje, del sol (si lo hace, en este caso sí y fuerte), de la reflexión, etc.
ResponderEliminarUn beso también para tí y para Mary.
Ya veo yo quien es la bella joven que atrae a los barcos y peina sus largos y precisos cabellos al sol del atardecer...
ResponderEliminarMaravilloso viaje y en mejor compañía.
Un abrazo
Una linda sirena, Jesús, que tú conoces y que me lleva por esos benditos lugares.
ResponderEliminarBesos
Exelente viaje, saludos
ResponderEliminarViaje precioso, romantico, bello, relajado, todo lo que se diga es poco.
ResponderEliminarYo lo he hecho dos veces.Hace varios años lo hice con mi mujer de Koblenz a Bacharach seguido sin escalas; ahora lo he hecho con mi mujer y mis hijas haciendo escalas en Boppard y Sant. Goar y han quedado encantadas, yo también.
He escuchado grandes historias acerca de ese lugar, donde se dice que un barco pirata se hundio en ese lago. La verdad no soy de creer esas cosas ya que son cosas sin comprobar, pero, bueno es una gran ciudad.
ResponderEliminarfantástico viaje. Yo tambien hice ese mismo crucero en Octubre del 2013, para celebrar el 40 aniversario de matrimonio.
ResponderEliminarUn abrazo.